Descripción
El origen del gladio romano es desconocido, pero se cree que fue un diseño tomado de las espadas usadas
por los mercenarios celtíberos al servicio de Cartago durante la Segunda Guerra Púnica. Los historiadores
Polibio y Livio, cuentan que estos mercenarios portaban una espada tan excelente para el corte como para la
estocada, y más tarde afirman que el ejército romano no esperó hasta el final de la guerra para adoptar tal
diseño, al que llamaron «gladius hispaniensis». Esta espada vino a sustituir a la espada romana tradicional.
Estas armas eran del tipo de la denominadas espadas «de antena», «biglobulares», o «de lengua de carpa»
utilizadas tanto por celtas como por celtíberos, muy prácticas para los ataques de iniciativa, ya que al ser cortas
y ligeras se podía lanzar un ataque con gran rapidez, en especial estocadas, para lo que tenían una larga punta.
Las espadas originales hispanas estaban medidas para cada persona y hechas de hierro de alta calidad, que se
trataba de una manera especial dando como resultado muy buenas. Es considerada por muchos como la mejor
espada que jamás haya existido desde el punto de vista práctico y estrátegico y la que más muertes provocó en
la antigüedad.
El legionario romano que llevaba la espada, se resguardaba tras un scutum (Escudo); una vez que el enemigo
descargaba inúltimente su golpe sobre el escudo o armadura del romano, o se disponía a hacerlo, el romano
lanzaba una rápida estocada con su ágil Gladius, y así apuñalaba y mataba al contrincante.
Gladius artesanalmente hecha a mano en acero 1095. Su empuñadura hecha a mano en madera
blanca, con blondas, que ayudan a que la mano se ajuste perfectamente a ella, su extremo es
redondeado en madera color marrón, terminando con un pequeño adorno del mismo material,
La guarda de madera oscura, hace que el conjunto de la empuñadura llame la atención por su
combinación de colores. La hoja es de doble filo con abatanado. La vaina, realizada artesanalmente
en madera más clara que la empuñadura, contiene una trabilla de cuero y terminando ésta con un
bonito adorno redondeado.