Hemos regresado, hoy volvemos para terminar de contar la historia de algo tan ancestral como el arte de la Forja, pero no queremos aburrirlos con palabras sin sentido así que a por ello.
Un poco de historia parte 2
Lo último que habíamos contado en el blog anterior era que en muchas ocasiones los artesanos terminaban fabricando autentico Acero en lugar de hierro hasta lograr entender el proceso.
Después del siglo XIV se aumentó el tamaño de los hornos utilizados para la fundición y se incrementó el tiro para forzar el paso de los gases de combustión por la carga o mezcla de materias primas. En estos hornos de mayor tamaño el mineral de hierro de la parte superior del horno se reducía a hierro metálico y a continuación absorbía más carbono como resultado de los gases que lo atravesaban.
El producto de estos hornos era el llamado arrabio, una aleación que funde a una temperatura menor que el acero o el hierro forjado. El arrabio se refinaba después para fabricar acero.
La producción moderna de acero emplea altos hornos que son modelos perfeccionados de los usados antiguamente. El proceso de refinado del arrabio mediante chorros de aire se debe al inventor británico Henry Bessemer, que en 1855 desarrolló el horno o convertidor que lleva su nombre.
Mitos y leyendas
Existen innumerables mitos sobre cómo nació la forja y el trabajo con los metales, y múltiples dioses que han sido sus representaciones, desde pasando por los griegos y los nórdicos, hasta las culturas americanas y japonesas.
Por ejemplo, cuando los conquistadores españoles llegaron a las Américas, se quedaron fascinados por el material del que estaban hechas algunas piezas que poseían los indios, les preguntaron sobre su origen. A Lo que lo indígenas indicaron el cielo, desde donde llegó a la tierra. Fue ese el primer contacto que los aztecas tuvieron con el hierro, proveniente de los meteoritos.
El hierro era tan escaso que llegó a considerarse tan valioso como el oro.
Desde entonces el hierro será venerado como material mítico y religioso por diversas culturas. Algunas civilizaciones consideraron a los objetos fabricados con hierro, poseedores de poderes mágicos.
En la mitología griega y romana, la transformación de los metales en objetos de uso cotidiano se atribuyó a los dioses. Así fue como Vulcano era para los romanos, Hefesto lo era para los griegos de aspecto poco agraciado, rudo y cojo, físicamente imperfecto que creció lejos del Olimpo para convertirse en un hábil artesano, fue nombrado dios del fuego y los metales.
Su taller se encontraba en el volcan que se encontraba en el centro de la isla egea, en las entrañas de la tierra, en dichas forja este creaba todo tipo de objetos para los dioses. Fabricó muchos de los accesorios que lucían los dioses, y se le atribuye la forja de casi todos los objetos metálicos con poderes finamente trabajados que aparecen en la mitología griega: el casco y las sandalias aladas de Hermes, la égida de Zeus, el famoso cinturón de Afrodita, la armadura de Aquiles, las castañuelas de bronce de Heracles, el carro de Helios, el hombro de Pélope, el arco y las flechas de Eros, el casco de invisibilidad de Hades, el collar que regaló a Harmonía y el cetro de Agamenón. Asimismo era el forjador de los rayos de Zeus.
Espero haya gustado
Y con esto hemos llegado al fin, obvio que existen millones más de historias y muchos más dioses de las que podemos mencionar aquí, pero esto es para que ustedes se hagan una idea de lo importante que es la tradición de la forja no solo para nosotros, sino para la historia de la humanidad.
No te quedes afuera, decora tu casa con un poco de historia y haz de la forja una herramienta más de decoración y así formar parte de esta tradición.
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